TIPOS DE PODA EN ÁRBOLES: PODA DE MANTENIMIENTO
Para mantener la salud y el buen aspecto de los árboles hay que podar, en primer lugar, las ramas enfermas, dañadas y muertas, con el fin de impedir la infección del árbol por hongos xilófagos, que podrían penetrar por esta vía.
La eliminación de ramas sanas solo se justifica para aclarar la copa, permitiendo la entrada de luz y aire cuando es muy densa, para compensar la pérdida de raíces, para dar buena forma al árbol, eliminando las ramas cruzadas o mal dirigidas y para revitalizar árboles viejos o poco vigorosos.
Las podas drásticas, en cambio, al reducir seriamente la superficie foliar potencial, no son recomendables, ya que pueden debilitar el árbol y hacerlo más susceptible a las infecciones. En todos los casos es fundamental efectuar correctamente los cortes y tratar debidamente las heridas resultantes.
Hoy os presentamos la poda de mantenimiento. Es aquella que se practica en árboles adultos bien formados. Consiste en eliminar las ramas secas, partidas, enfermas o atacadas por insectos, ramas concurrentes y aquellas en que exista peligro de rotura o que interfieran al paso, manteniendo el aspecto y estructura original.