BENEFICIOS DEL JARDÍN VERTICAL NATURAL
Las fachadas vegetales, jardines verticales, así como las cubiertas verdes aportan grandes beneficios al medioambiente, los edificios y las personas.
El ajardinamiento de fachadas y la creación de nuevos jardines verticales aprovecha los procesos naturales de las plantas para contrarrestar los múltiples problemas de las ciudades y los espacios interiores. Sus beneficios son muy numerosos, desde la mitigación del síndrome de edificio enfermo hasta la influencia positiva en la lucha contra el cambio climático. La solución está en la naturaleza.
A continuación se exponen diferentes beneficios que nuestra sociedad puede obtener gracias a la instalación de un jardín vertical natural.
1. Beneficios para el medioambiente
Las plantas fijan muchos contaminantes del aire e incrementan las superficies fijadoras de CO2, reducen la temperatura en su entorno y aportan humedad relativa mediante evapotranspiración, amortiguan el efecto de las lluvias torrenciales, retienen polvo y fomentan la biodiversidad.
2. Beneficios para los edificios
Las plantas aportan oxígeno, humedad y biofiltran contaminantes orgánicos volátiles como el benceno y el formaldehído, mejorando la calidad del aire interior. En exterior mejoran el aislamiento acústico y térmico de las fachadas, reduciendo el consumo energético, y prolongan la vida de la impermeabilización, entre otros muchos beneficios.
3. Beneficios para las personas
Las plantas aumentan la sensación de bienestar. Vivir y trabajar en un entorno verde tiene un efecto positivo sobre el bienestar de las personas. El verde da sensación de relajación y reduce el estrés. Nos permiten conectar con elementos vivos, reforzando nuestra necesidad biofílica y, además, nos inspiran y hacen felices. La falta de espacios verdes nos traen como consecuencias el mal humor, cansancio y la sensación de tener menos energía. Estudios confirman que en zonas hospitalarias la vegetación ayuda a reducir las estancias de los pacientes.
Los muros verdes forman parte de la construcción bioclimática. Los beneficios ambientales descritos anteriormente se pueden cuantificar según varios parámetros como:
- Purificación del aire:
Las plantas en un jardín vertical filtran partículas del aire y convierten el CO2 en oxígeno. 1 m2 de jardín vertical extrae 2,3 kg de CO2 al año del aire y produce 1,7 kg de oxígeno. Con un jardín vertical se contribuye por tanto a la purificación del aire. Por tanto, 1 m2 de cobertura vegetal genera el oxígeno requerido anualmente por una persona y es capaz de atrapar 130 gr de polvo al año.
También está demostrado que una superficie aproximada de 60 m2 de jardín vertical filtra al año 40 toneladas de gases nocivos, así como 15 kg de metales pesados.
- Reducción de la temperatura ambiente:
Las plantas absorben la luz solar, el 50 % se absorbe y reflejan el 30 %; esto ayuda a crear un clima más frío y agradable. En ambientes interiores esto significa que se requiere un 33 % menos de aire acondicionado, que a su vez significa un ahorro de energía. En general, esto significa una reducción de la temperatura del edificio.
También podemos observar la diferencia de humedad relativa en el interior de un edificio debido a la acción directa e indirecta del jardín vertical. Esto es un valor muy importante a tener en cuenta para la temperatura ambiente de la zona donde se encuentre el jardín vertical.